DIARIOSIGLOXXI.COM/ DIGNIDAD CON FALDAS Y COBARDÍA TRAVESTIDA. FERNANDO LUGO Y CRISTINA FERNANDEZ DE KIRCHNER
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Dijo
Arturo Jauretche en su fecundo libro “Manual de Zonceras argentinas”
que la denominada “libertad de prensa” es apenas una manifestación de la
libertad de empresa, a la que la primera se subordina.
Precisamente
Jauretche, uno de los primeros en desafiar en Argentina a la
deformación y ocultamiento de las verdades por la formulación
“axiomática” y repetición sumisa, fue homenajeado por el gobierno de la
actual presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner, quien esta
semana desató una polémica en su país acabando con el monopolio de la
empresa Papel Prensa sobre la industria de la celulosa en Argentina.
La
presidenta también denunció la relación directa entre el gobierno que
encabezó el dictador Videla a partir de marzo de 1976, y quienes se
apropiaron de la empresa monopólica en aquellos años. El tema fue una de
las primeras denuncias que recibió el fiscal Ricardo Molinas, a quien
fueron denunciadas presiones del gobierno militar para vender Papel
Prensa.
En la capital paraguaya el conocido diario ABC color
–vinculado empresarialmente a la secta Moon y a la familia Massera-
calificó como “papelón” a las denuncias de la presidente argentina,
aunque el mismo día en Página 12 se refutaban los argumentos que
esgrimía el diario de Aldo Zucolillo.
Zucolillo argumentaba desde
las páginas de su diario que Isidoro Graiver había desmentido las
presiones, pero lo cierto es que ya estaba fuera del negocio. El
canciller Héctor Timerman recordó que cuando se produjo la operación, en
noviembre de 1976, “David (Graiver, titular de la firma) había muerto,
(su hermano) Isidoro ya no era socio y la única dueña era Lidia
(Papaleo), su mujer”. El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, apuntó que
la madre de los Graiver había reconocido “el disgusto y enojo de Isidoro
Graiver cuando fue desplazado (de los negocios familiares) por su
hermano”.
En la misma semana, el verdadero papelón lo protagonizaba
el gobierno prohijado por el diario de Zucolillo, el del obispo Fernando
Lugo, que debió doblegarse y adoptar actitud de plegaria mahometana
ante la embajada norteamericana.
COBARDÍA TRAVESTIDA
El cura
Fernando Lugo no sólo se travistió usando faldas en sus tiempos de
sacerdote, también lo hizo cuando se presentó como un político que
encarnaría la dignidad nacional y enfrentaría con valentía a los
enemigos del pueblo.
Esta semana el obispo suspendido volvió a
claudicar ante EEUU y destituyó al ministro de Defensa cuestionado por
la embajada norteamericana, Luis Bareiro Spaini, según la lectura
política que los mismos sectores de izquierda dan a la actual coyuntura
paraguaya.
De esta manera, se desintegra el grupo bolivariano que
seguía acompañando a Lugo y el gobierno queda en manos de los mismos
claudicantes de siempre.
El nuevo ministro señaló no seguirá la
misma línea que el saliente ministro porque recibió la orden de renovar
la institución a su cargo y porque “la naturaleza nos ha hecho
distintos, no creo que haya uno igual al otro”, afirmó.
Señaló además
que la cooperación militar de los Estados Unidos seguirá firme en
Paraguay, luego de que Fernando Lugo hubo aprendido la lección. El
imperialismo norteamericano, con esta nueva victoria, se encuentra más
fuerte que nunca y con el luguismo a sus pies.
Un día después de la
destitución del ministro de Defensa, Luis Bareiro Spaini, el secretario
adjunto de Defensa para Asuntos del Hemisferio Occidental de los Estados
Unidos, Frank Mora, resaltó "el compromiso y la voluntad" del
Departamento de Defensa de seguir colaborando con las Fuerzas Armadas de
Paraguay.
Mora estuvo en Mburivicha Róga, con la embajadora Liliana
Ayalde, y anunció que se reúniría también con el nuevo ministro de
Defensa, Cecilio Pérez Bordón, probablemente para marcarle pautas.
La
visita de Mora coincidió con la expulsión del ministro que había
molestado a la embajadora de Estados Unidos con una nota en defensa del
cura-presidente Fernando Lugo.
De esta manera, EEUU refuerza aún más
que durante los gobiernos anteriores su posición en el Paraguay, y los
últimos rastros de "bolivarianismo" desaparecen del gobierno arzobispal,
ahora integrado exclusivamente por reaccionarios y lacayos del imperio.
Dignidad con faldas y cobardía travestida, un signo de los tiempos.
UNA CAÍDA ANUNCIADA
Según
el Partido de los Trabajadores de Paraguay, la salida del último
referente “bolivariano” del gobierno luguista fue una caída anunciada.
El
Gral. (SR) Luis Bareiro Spaini, ex Ministro de Defensa y fiel
funcionario de Lugo, se ubicó en el ojo de la tormenta a remitir hace
unos meses una “grosera” nota a la Virreina Ayalde –como titulaba el
hecho la prensa masiva - en la que denunció su injerencia en asuntos
internos del país.
A partir de este hecho, sin dudas, Spaini se hizo
acreedor de la animadversión de los sectores más abyectos de la derecha
tradicional y, al mismo tiempo, fue considerado un patriota y paladín
antiimperialista por la izquierda luguista cuya posición estaría
“…inspirada en el acrisolado patriotismo de nuestro héroe máximo, el
Mariscal Francisco Solano López, quien combatió al frente nuestro pueblo
en armas hasta ofrendar su vida en defensa del Paraguay independiente
forjado por los paraguayos bajo la conducción del Dr. José Gaspar
Rodríguez de Francia y del Dr. Carlos Antonio López”, tal como
proclamara el PCP.
En este marco se inicia el proceso de juicio
político en diputados y la consecuente destitución de Bareiro a manos de
Lugo. Dos hechos que levantaron fuertes olas en un escenario político
que venía relativamente estable.
Para el PT, aquella posición de
Bareiro Spaini fue correcta, en el marco de la defensa de la política de
no injerencia en asuntos internos. Actitudes como esta son
excepcionales en nuestro medio político y militar, plagado de serviles
cortesanos del amo del norte.
Sin embargo, habíamos señalado, y nos
parece correcto volver a remarcar, los límites y la insuficiencia de la
postura de Bareiro Spaini. Sobre todo para aquellos que quieren
presentar su figura como una especie de líder de la lucha
antiimperialista.
No se debe olvidar que Bareiro Spaini, como
ministro de Defensa, controló nada menos que las FFAA, cuya principal
función como parte del aparato estatal burgués es reprimir al pueblo y
que mantienen estrechas relaciones y asesoramiento de militares
norteamericanos. Esto el ministro lo sabía y admitía. Tropas de élite,
entrenadas por el imperialismo yanqui y “entregadas” por la misma
embajadora Ayalde al presidente Fernando Lugo en enero de este año,
fueron las que sitiaron norte del país.
Bareiro Spaini supo y sabe también qué tipo de acuerdos fueron firmados con el gobierno terrorista del asesino Álvaro Uribe.
El
ex ministro es un general formado en los EE.UU y fue adiestrado como
adoctrinado en los más altos centros de instrucción militar del
imperialismo durante la dictadura, entre ellos, la terrible “Escuela de
las Américas”.
Si Bareiro Spaini hubiese sido un verdadero
“patriota”, al menos en los estrechos límites de la corriente
nacionalista burguesa, hubiese renunciado hace tiempo al gabinete de un
gobierno que lo único que hizo fue doblar la cerviz ante las políticas
económicas, políticas y militares del imperialismo.
Es más, hubiese
denunciado los acuerdos económicos, políticos y militares que el
presidente Lugo ha firmado o mantiene de la era colorada. Sin embargo,
el general no hizo nada de esto y, por su extracción y naturaleza de
militar de alto rango y los límites de sus posiciones políticas, no
podía hacerlo. He ahí los profundos límites de Bareiro Spaini.
El
inicio del proceso de juicio político a Bareiro Spaini no representó
otra cosa que la continuación de la política de desgaste y apriete de la
derecha al gobierno de Lugo. Los luguistas, a raíz de este hecho, una
vez más agitaron el tema del intento de golpe contra Lugo.
Sin
embargo, los hechos –pacto luguista con la “rosca mafiosa” y resultados
de las internas del PLRA con el triunfo del oficialismo gubernista, los
cordiales encuentros de Lugo con los gremios poderosos de la oligarquía y
la burguesía- demuestran que la derecha no tiene en su orden del día
echar a Lugo. Y, además, no necesita hacer un golpe político para seguir
gobernando porque cualquier intento de Lugo de desviarse hacia el
centro, con el más leve y suave cháke de la derecha, es vuelto al carril
marcado por ella.
Esto del juicio político es la permanente política de la derecha que hasta ahora le dio resultado plenamente positivo.
Con
la puesta a disposición de su cargo y la posterior destitución, tanto
el “patriota” Spaini y Lugo, demuestran claramente la veracidad de lo
antedicho. No se animan ir hasta el final, porque no quieren enfrentar a
la derecha y sus voceros políticos y mediáticos. No enfrentan a la
derecha, hasta el final, porque aunque con otro ropaje, gobiernan y
administran el país a su servicio.
LAS CONCLUSIONES DE LA FALSA IZQUIERDA LUGUISTA
La
izquierda luguista, apenas conocida la intención de enjuiciar
políticamente al general en el Congreso, expresó su incondicional apoyo
al ex ministro, al presidente Lugo y, al decir del PCP, a la
“irrenunciable posición patriótica de los jefes y oficiales
institucionalistas y democráticos de las Fuerzas Armadas”.
Toda la
izquierda salió a “defender” el “proceso de cambios democráticos,
patrióticos y progresistas” y a condenar a la derecha reaccionaria. El
PCP lanzó un “¡VIVA LA POSICIÓN DEMOCRÁTICA Y PATRIÓTICA DEL MINISTRO
BAREIRO SPAINI, HISTÓRICO Y NOBLE GENERAL DE LA REPÚBLICA! y un rotundo
¡NO A LA DESTITUCIÓN DEL MINISTRO DE DEFENSA NACIONAL!
Mientras el
PCP terminaba de escribir su acrisolado pronunciamiento, el “compañero
que preside el proceso de cambios”, Lugo, estaba firmando el decreto de
destitución del “patriota”.
No fue la derecha tradicional sino por el
propio Fernando Lugo, que no quiso enturbiar la relativa estabilidad
que le otorga el vergonzoso pacto con la “rosca mafiosa” y otros
sectores conservadores en el Congreso, quien decretó la destitución.
Como afirmó López Perito cada colaborador del gobierno debe cuidar sus
relaciones con los otros poderes.
Es decir, Lugo entregó al “patriótico” y “noble” general, heredero de los López, a los leones, acusa el PT.
Con
estos hechos flagrantes, la izquierda se limita a decir que todo es
“culpa de la derecha” y de una maniobra de los EE.UU. Es verdad que la
derecha lo quería fuera al ex ministro. Pero esta no es toda la verdad
¿Por qué callan que Lugo, el de “el cambio que no se detiene”, tuvo el
papel decisivo en su destitución?
También afirman que Lugo “cae en
errores” por la debilidad (parlamentaria) de las izquierdas y del
movimiento popular ¡Y resulta que ahora todas las medidas pro-derecha de
Lugo son culpa del movimiento social! ¡Viles pretextos para seguir
apoyando un gobierno desembozadamente pro-burgués y pro-imperialista!
El
PCP, en uno de sus comunicados, había afirmado que “Sería un grave
error, equivalente al suicidio político del Presidente Fernando Lugo la
destitución del Ministro Bareiro Spaini. Nuestro pueblo no lo va a
permitir, admitir ni tolerar”. ¿Lugo suicida? ¿El pueblo no va a
tolerar? ¿Acaso se refiere el PCP a ese pueblo domesticado por su
vanguardia luguista para apoyar políticamente, de forma ciega, al
gobierno propiciador del “proceso de cambios”?
¿Y acaso no
debería el PCP y las demás izquierdas denunciar con virulencia a
Fernando Lugo por haber capitulado a la derecha, al imperialismo y por
destituir a Bareiro Spaini? Eso sería mucho esperar, ya que todas esas
organizaciones están presas de una política de obsecuencia y de
postración a un presidente al que justifican todo, absolutamente
cualquier medida.
“No está de más recordar que la plena y
absoluta soberanía nacional sólo se podrá dar en el marco de la batalla
continental por la Segunda y definitiva Independencia, y que dicha tarea
no podrá ser llevada a cabo por ningún gobierno, general o
representante de las clases propietarias. Sólo un gobierno de los
trabajadores, los campesinos y el pueblo tendrá la valentía y el coraje
necesarios para hacer respetar la soberanía nacional y expulsar al
imperialismo de nuestro país” concluye en su comunicado el PT.