
Foto: El
Obispo Zavala, imitador de Lugo, con algunas de sus gatas
Al parecer el ejemplo de Lugo cunde cada vez con mayor intensidad dentro de la iglesia católica, incluso en la de Estados Unidos.
El Papa aceptó ayer la renuncia de monseñor Gabino Zavala, auxiliar de Los Angeles, uno de los más influyentes obispos latinos de Estados Unidos, quién confesó en diciembre a Benedicto XVI en una audiencia en el Vaticano que era padre de dos hijos adolescentes, algo que el pontífice ya sabía. Se lo había informado el arzobispo de la megalópolis californiana, monseñor José Gomez, mexicano de origen como Zavala.
Por motivos parecidos, Lugo había sido marginado por la iglesia católica paraguaya años atrás, situación de postración de la que salió incursionando en la política paraguaya de mano de los propietarios de medios reaccionarios de Paraguay.
El Papa, según una nota del Vaticano, aceptó la dimisión del obispo Zavala, de 60 años, aplicando los artículos del Código Canónico que permiten la dimisión de un episcopal antes de cumplir la edad del retiro, que es de 75 años.
El cura Fernando Lugo, por su parte, reconoció un hijo con Viviana Carrillo, con quien mantuvo relaciones cuando ella era menor de edad, y es sindicado como padre de varios otros niños que se niega a reconocer. Unas verdaderas joyas, Zavala y Lugo, de una institución que pretende regir la moral del mundo.
Y así nos va.