El gobierno del cura
Fernando Lugo, tras agradecer la contribución de
Álvaro Uribe en la caza de brujas contra la izquierda que actualmente
lleva adelante su gobierno en Paraguay, arremetió contra los chavistas
amenazando con destituir a su ministro de Defensa, quien menospreció la
ayuda colombiana a su gobierno.
El
ministro de Defensa en cuestión, general Bareiro Spaini, cometió el
“gravísimo pecado” de negar el viernes pasado a través de un comunicado
la ayuda militar de Colombia a Paraguay en materia de seguridad
interna, lo cual fue considerado una grave falta por el gobierno
luguista.
Luego de reunirse con el presidente
Fernando Lugo, su
principal vocero Miguel López Perito declaró que no se descarta que el
ministro de Defensa sea cambiado. “Creo que el Presidente tiene que
definir si efectivamente existe ahí una contradicción y cuál es la
medida que se tiene que tomar”, señaló la fuente.
El gobierno
del cura
Fernando Lugo ganó las elecciones de abril del 2008 en
Paraguay con fuerte respaldo de los organismos norteamericanos de
penetración imperialista, como NED y USAID. Su gabinete fue integrado
en su totalidad por los referentes de dichos organismos y sus ONGs
subsidiarias en la sociedad paraguaya, así como por agentes del FMI y
otros grupos relacionados con las políticas de Washington.
A
pesar de ello, el cura logró engañar a ciertos medios presentándose
como referente de la izquierda bolivariana, lo que no tardó en ser
desmentido en los hechos, a pesar de la propaganda.
Los compromisos con sus publicistas de ultraderecha y la embajada norteamericana, evidentemente, eran más fuertes.
VISITAS MISTERIOSAS
Apenas
conocerse la victoria electoral del obispo, empezaron las visitas
extrañas de altos funcionarios norteamericanos que intentaban eludir la
prensa para mantener encuentros con el cura
Fernando Lugo.
Uno
de los primeros en aparecer por Asunción fue el mismo Roger Noriega,
director de USAID para Centroamérica, en los tiempos en que ese
organismo desviaba fondos para favorecer a la contra que combatía al
gobierno sandinista de Nicaragua. Noriega también es recordado por
haber reconocido al gobierno ilegítimo de Pedro Carmona, durante el
golpe contra Hugo Chávez de abril del año 2002, hecho que obligó al
entonces secretario de estado Colin Powell a distanciarse de sus
declaraciones.
Periodistas lo identificaron ingresando por una
puerta trasera para entrevistarse con Lugo en su despacho, a poco de
ganar las elecciones paraguayas de abril del 2008. El motivo de este y
otros cónclaves secretos nunca fue aclarado.
Otro hecho
significativo fue que en su primera gira por Estados Unidos como
presidente, Lugo contó como guía turístico con los buenos oficios de
Conrado Pappalardo, conocido empresario y ex director de ceremonias de
Alfredo Stroessner, involucrado como operador del Plan Cóndor en el
asesinato en Washington de Orlando Letelier, en 1976,
ORQUESTAJE ANTI-SANDINISTA
Estaba
previsto que a la toma de posesión del cura
Fernando Lugo asista, en
agosto del 2008, el presidente nicaragüense Daniel Ortega con su esposa
Rosario Murillo.
Para frustrar la visita del mandatario
centroamericano, miembros del gabinete entrante organizaron la visita
al Paraguay del sandinista disidente Ernesto Cardenal, y una ministra
nombrada por Lugo, Gloria Rubin, organizó actos de repudio a Ortega. La
coartada para las protestas anti-sandinistas eran las nebulosas
denuncias de su hijastra Zoilamérica, quien acusaba al presidente
nicaragüense de haber abusado de ella muchos años atrás, excusa que
demostró ser una vulgar muestra de hipocresía cuando la misma ministra
Rubin se mostró indiferente ante denuncias similares contra el mismo
Lugo que aparecieron después.
En realidad, Gloria Rubin es
conocida por sus estrechos vínculos con el National Endowment for
Democracy, fondo conservador y anti-comunista que financia y asesora a
varios grupos de la oposición venezolana, particularmente aquellos que
ejecutaron el golpe de estado de abril de 2002 contra Hugo Chávez, para
luego dedicarse al sabotaje y lockout.
EN LAS GARRAS DEL FMI
El
principal responsable del rumbo económico del gobierno de Fernando Lugo
es Dionisio Borda, conocido por sus estrechos lazos con el Fondo
Monetario Internacional y por haber implementado impuestazos
anti-populares durante los gobiernos anteriores en los cuales ya
participó activamente desde la misma función que hoy ocupa.
Casi
no hace falta recordar que el FMI, potente herramienta del
neo-colonialismo y endeudamiento, es responsable de paradigmáticos
desastres económicos en Venezuela y Argentina, que eclosionaron en
verdaderas rebeliones populares como el Caracazo de 1989 y la
destitución del presidente argentino en 2001.
El actual
presidente del FMI es el francés Dominique Strauss Khan, personero del
grupo Bildelberg, conocido por su hostilidad hacia la revolución
bolivariana.
LA PRENSA AMIGA
Por si todo lo mencionado
fuera poco, el cura Fernando Lugo es permanentemente presionado desde
los medios de prensa que se constituyeron en sus aliados electorales
fundamentales, en su mayoría de tendencia ultraconservadora.
Entre
ellos sobresalen Aldo Zuccolillo, antiguo propagandista de la dictadura
de Stroessner devenido en ficha del National Endowment for Democracy en
las postrimerías de su régimen, y el ex animador del cumpleaños de
Stroessner que siguió el mismo rumbo que el anterior, Humberto Rubin. A
ellos se suma el grupo de medios de Antonio J. Vierci. La mayoría de
los miembros del Sindicato de Periodistas del Paraguay, por su parte,
se encuentran cooptados por la AFL-CIO, más conocida como AFL-CIA, por
sus vinculaciones con la inteligencia norteamericana y su participación
en varios golpes de estado y “revoluciones de colores”.
El resto
del gabinete de Lugo está integrado por usurpadores que se
autodenominan “sociedad civil”, también eternos vividores de la
embajada norteamericana de Asunción, instalados en las llamadas ONG,
cuyos miembros se eligen a sí mismos y que, con tan débil respaldo
popular, reclaman la totalidad de la representación social y por ende,
funciones, derechos y privilegios que corresponden a entidades
legítimas.