Una
escabrosa historia de encubrimiento a un farsante acabó en gran parte
este lunes de pascuas, cuando el obispo
Fernando Lugo reconoció
públicamente ante las cámaras de Televisión haber tenido relaciones con
una jovencita de 16 años, Viviana Carrillo.
El hecho tuvo gran
repercusión y se instaló como un tema paralelo al de los legionarios de
Cristo y el abusador
Marcial Maciel.
"Cuántas veces nos obligó,
no sólo ya a uno, sino a dos religiosos, intercambiar mutuamente las
aberraciones que usted nos hacía…”, escribe un ex Legionario de Cristo
en una dramática misiva dirigida al fundador de esta congregación
religiosa, Marcial Maciel, documento inédito que ahora sale a la luz
merced al libro del sociólogo
Fernando M. González, titulado Marcial
Maciel. Los legionarios de Cristo: testimonios y documentos inéditos
(Tusquets 2006).
La carta continúa con palabras que al pretender
ocultar los hechos bajo un lenguaje “conveniente”, la vuelve más cruda:
“Aquellos viajes Roma-España y viceversa, en los que usted nos llevaba
en su coche y paraba, inesperadamente, ora en un hotel, ora en una
posada con la excusa de dormir y acompañado de uno de nosotros…
(Solares, Niza, Génova…). Aquellos ocho días en Bruselas… Qué
vergonzoso aquella vez en el hotel de Montmatre, París, tras terminarse
usted una botella de cognac…”
Pero esto se reproduce aún en nuestros
días aunque con otros personajes:” En 1983 en el Instituto Cumbres se
supo de un caso de pederastia, pero aquí solamente el conserje fue
acusado penalmente”, refiere el autor.
Recientemente —expone
González— “a mí me llegaron casos, comprobados, de que dentro de la
Legión de Cristo, pese a ese silencio guardado, siguen funcionando
núcleos pederastas, hasta el día de hoy.
“Me habló un joven de
Irlanda para preguntarme por algún psiquiatra que le pudiera
recomendar. Me contó cómo había sido abusado por su padre-maestro
legionario, en 1997. Me enteré de otros casos que me fueron dando
ejemplo de cómo esta red de pederastia sigue adentro de la Legión,
ahora, en septiembre de 2006”.
La información sobre los abusos
sexuales del fundador de La Legión las obtuvo González “entrando en
relación con el grupo de ex legionarios que decidieron hacer pública su
denuncia”.
La novedad del este texto de 480 páginas es que se basa
en testimonios inéditos de ex legionarios, cartas con relatos y
recriminaciones sumamente crudas.
El poder que
Marcial Maciel tenía
para obligar a los seminaristas a realizar actos sexuales derivaba de
que “tenía en sus manos la decisión de ordenar o no a un sacerdote”. Y
algunos debían pagar ese altísimo precio, dice González.
Junto con
este abuso practicado contra individuos que se ubican “en la niñez y la
etapa adulta temprana” explica González, estaban las obligaciones que
un sacerdote debe cumplir y a las que en la legión se agregaba el
llamado “voto privado”, que consiste en nunca criticar a sus superiores
(sobre todo al superior general).
Fernando M. González, investigador
de la UNAM y psicoanalista, aclara: “La Legión de Cristo es una
congregación de las más influyentes en las cúpulas económica, política
y religiosa de México”.
El resultado de todas estas denuncias ¿cuál
fue? : hay que pensar nada más en la reacción de la Iglesia mexicana
cuando se supo de los casos recientes de pederastia en EU. Al
preguntarle al obispo Martín Rábago, presidente del Episcopado, ¿qué
piensa la Iglesia mexicana? contestó: ‘Nosotros no tenemos
estadísticas, no tenemos hecho ningún trabajo al respecto...’ Esto fue
en abril de 2002. Estamos en septiembre de 2006 y no ha pasado nada, no
ha salido ninguna información”.
Periplo de un hombre pretendidamente santo.
En la página web de los Legionarios de Cristo se expone la biografía de su fundador, el P.
Marcial Maciel:
“Nació
el 10 de marzo de 1920 en Cotija de la Paz, Michoacán (México). Fundó
el 3 de enero de 1941 la Congregación de los Legionarios de Cristo, y
en 1959 el Movimiento de apostolado Regnum Christi.
P. Maciel visitó
al papa Pío XII en el año 1946, quien bendijo la nueva congregación.
Cuatro años más tarde, el P. Maciel instauraba el Centro de Estudios
Superiores de la Legión de Cristo en Roma. Erigió el Instituto Cumbres
de la Ciudad de México.
Después de los escándalos de Marcial Maciel,
la Santa Sede confirmó el viernes 19 de mayo del 2006 que había
invitado al anciano sacerdote a que “se retire a una vida de oración y
penitencia”.
“Se produciría un escándalo si salen a luz los abusos sexuales”.
En
el archivo Juan José Vaca existe una carta en la que se exponen los
abusos y adicciones del fundador de la legión. Fechada el 20 de octubre
a la letra dice:
“Aunque ahora, poco o ningún daño pueda ya
causarme, después del increíble y gravísimo mal que usted nos causó a
tantos... No exponga por más tiempo su propia persona, la Institución
de Dios que es la legión, la reputación de nuestro sacerdocio católico
y de la Iglesia entera, al escándalo gravísimo que se seguiría, si
salen a la luz y al conocimiento de las Autoridades competentes los
abusos sexuales (considerados degeneraciones y crímenes, por la ley, y
anomalía patológicas, por la medicina), que usted cometió contra tantos
de nosotros por largos años”.
EL CASO FERNANDO LUGO
Una
escabrosa historia de encubrimiento a un farsante acabó en gran parte
este lunes de pascuas, cuando el obispo Fernando Lugo reconoció
públicamente ante las cámaras de Televisión haber tenido relaciones con
una jovencita de 16 años, Viviana Carrillo, en tiempos en que se
desempeñaba como Obispo de San Pedro, y abrió en Paraguay el debate que
ya estaba instalado en otras latitudes: el de los escándalos aberrantes
que de un tiempo atrás sacuden a la iglesia católica.
No está demás
mencionar que la Iglesia Católica protege a estos delincuentes para
defender su propia imagen en lugar de denunciarlos y expulsarlos para
defender al resto de ciudadanos. La mayoría de los casos de pedofilia
se han intentado resolver internamente, trasladando a los curas
pederastas a otras parroquias y hablando con las familias para evitar
las denuncias. Lejos está Paraguay de ser un caso aislado en Sudamérica.
Un
grave escándalo, de características y dimensiones similares al que
estalló hace tres años en Estados Unidos, se instaló recientemente en
los altares de la Iglesia Católica de Brasil.. Entre ellos figura el
sacerdote Félix Barbosa Carreiro, quien hace unas semanas fue detenido
tras ser sorprendido en una orgía de droga y sexo con 4 adolescentes, y
que acusó a “otros 12 padres” de incurrir en prácticas similares. Otro
caso es del padre Alfieri Eduardo Bompani, de 45 años, quien grababa
videos y escribía un diario donde daba cuenta de sus acciones.
El
más repulsivo es el caso es el del padre Tarcisio Spricigo, que abusó
de varios menores antes de ser arrestado por haber violado un pequeño
de sólo cinco años de edad. En los documentos y pruebsa del proceso
contra el cura ha sido incluido un diario, que es una especie de
“manual de pedofilia”, que incluye consejos como “jamás tener una
relación con niños ricos”. El libro de Spricigo, que fue descubierto
por casualidad por una monja que lo llevó a la Policía brasileña,
también contiene “diez reglas para actuar y quedar impunes”.
“Llueven
niños seguros y confiables que son sensuales y que mantienen un total
secreto, que sienten la falta del padre y viven sólo con la madre (…)
Soy un seductor, seguro y calmo. Basta aplicar las reglas y el chico
caerá en mis manos y seremos felices para siempre”, anotó el religioso
en su escalofriante“manual”.
La lista de casos de depravados y
criminales ocultos bajo las sotanas se antoja interminable: En Chile,
el religioso Jaime Low Cabeza, fue detenido por presunto estupro y
abuso sexual contra menores. Los abusos que supuestamente afectaron a
cinco menores -todos varonesde entre 15 y 17 años- se habrían
concretado cuando el religioso se desempeñaba en la pastoral juvenil de
la parroquia.
En 2001, el religioso salesiano Carlos Larraín fue
acusado de abusos contra una menor de nueve años en la época en que se
desempeñaba como director del Colegio María Auxiliadora (entre 1997 y
1999). En abril de 2004, el sacerdote Víctor Hugo Carrera fue detenido
en el Aeropuerto Internacional de Santiago, luego de permanecer tres
años como prófugo de la justicia, pues fue acusado de abuso sexual
contra un menor en 1999 en Punta Arenas.
Mientras en Paraguay el
obispo Fernando Lugo reconoció haber cometido estupro siendo obispo, y
niños sordomudos denunciaron haber sido violados por curas en Verona,
en México denuncian que existen logias protegen a estos criminales.
El
cardenal mexicano Norberto Rivera Carrera y el arzobispo de Los
Angeles, Roger Mahony, habrían encubierto a un sacerdote mexicano
acusado de varios casos de abuso sexual contra menores monaguillos bajo
el paraguas de esta suerte de Odessa de pedófilos.
La deportación
por parte de las autoridades de la Santa Iglesia de Roma, con destino a
Paraguay, de varios sacerdotes católicos acusados de haber abusado
sexualmente de menores en todas las latitudes del orbe, aumenta las
sospechas en cuanto al encubrimiento brindado a estos criminales. No
hace mucho que en un ambiente caldeado laicos organizados y fieles
católicos del Alto Paraná, a trescientos kilómetros de la capital del
pais, denunciaron que en su comunidad se habían refugiado en un
seminario los padres Carlos Urrutigoity y Eric Ensey, acusados de abuso
sexual en Estados Unidos. Es demasiado casual que estos criminales se
hayan refugiado en el Paraguay poco después del triunfo electoral del
obispo Fernando Lugo, que se produjo en ancas de algunas de las más
reaccionarias fuerzas atávicas de este Paraguay surrealista: el
pensamiento mágico, la tradición autoritaria y el machismo con el cual
fue denigrada un candidata mujer.
Para concluir esta descripción del
Paraguay, podríamos tomar prestadas palabras publicadas en la Jornada
de Oriente con la firma de Anamaría Ashwel, y sólo cambiar la palabra
México por Paraguay: “una oscurantista alianza masculina, mayormente de
políticos y sacerdotes, han regresado el tiempo de México al
Virreinato: han legislado para quitarle el derecho a la mujer sobre su
cuerpo. Sacerdotes supuestamente célibes, abiertamente misóginos,
muchos pedófilos y desconocedores absolutos de la condición fisiológica
y social de las mujeres —y encima vestidos con faldas largas—
representando valores culturales que para las mujeres caducaron con el
Virreinato, apuntalaron el voto de políticos que decidió que las
mujeres sólo tienen el derecho a estar preñadas.”
EXTORSIÓN EN LA SACRISTÍA
Pero
el obispo no sólo cometía sus delitos sexuales mientras preparaba los
sermones, también era chantajeado con otros secretos de sacristía.
El
obispo de Concepción, Zacarías Ortiz, conmocionó hoy a la opinión
pública revelando que el dirigente campesino Elvio Benítez y José
“Pakova” Ledesma extorsionaban al clérigo-presidente en base al
conocimiento de sus perversiones, de allí la forma milagrosa en que
obtenían de Lugo todas las concesiones y privilegios en el gobierno.
Según
el obispo, el dirigente y el gobernador tenían entre “la espada y la
pared” al presidente, aprovechando que manejaban la información.
Recordó que Fernando Lugo fue obispo de San Pedro y por su trabajo de
años en esa región conoce muy bien a Elvio Benítez y José Ledesma. Ver:
http://www.abc.com.py/2009-04-15/articulos/512779/aseguran-que-campesino-y-gobernador-chantajeaban-a-lugo
La
revelación explicaría la extraordinaria influencia de ciertos grupos en
el gobierno del obispo, entre otros Tekojojá y Pmas, que sin grandes
méritos- el PMas ni siquiera logró un representante en diputados-
obtienen una desproporcionada participación en el gobierno del obispo.
Tiempo
atrás el referente principal del Pmas, Camilo Soares, fue acusado de
ser el organizador de orgías del obispo en una mansión en una isla
sobre el río. Su grupo, sin representación parlamentaria, controla
tantas secretarías de estado como el Partido Liberal, con un tercio del
más de centenar de bancas con que cuenta el Congreso bicameral de
Paraguay.
Otro caso curioso es el del secretario privado del
presidente, Miguel Angel López Perito, cuya renuncia “indeclinable” fue
revocada cuando el clérigo-presidente aceptó que haría todo lo que su
asistente –a quien adjudicó el título ficticio de “jefe de gabinete” le
ordenaba.
Otros hechos que se explicarían con la revelación del
obispo Ortiz son las facilidades con que se autoadjudican dinero
público algunos amigos del clérigo-presidente. “Los amigos de Lugo
toman por asalto las arcas públicas” graficó la situación el titular de
la Unión de Gremios de la Producción (UGP), Héctor Cristaldo,
advirtiendo que los recursos se manejan discrecionalmente. Fernando
Lugo estuvo a punto de dejar de lado 31 programas del Ministerio de
Agricultura para entregar una ofrenda de 8 millones de dólares a sus
extorsionadores, y sólo revió su posición cuando fue amenazado con un
juicio político y la destitución.
El obispo Fernando Lugo ganó las
elecciones paraguayas con gran respaldo del embajador norteamericano
James Cason, el 20 de abril de 2008. Lo curioso de todo es que la
prensa mediática insiste en incluirlo en la lista de presidentes
“izquierdistas” de Sudamérica, aunque la realidad de los hechos digan
otra cosa.
Para su campaña proselitista contó con la invalorable
ayuda de la prensa vinculada a la SIP, National Endowment for Democracy
y empresarios vinculados al Plan Cóndor y la Secta Moon.
A poco
de asumir, firmó acuerdos en materia represiva con Alvaro Uribe, y
ordenó un operativo militar en el norte del PARAGUAY que implicó
torturas y ejecuciones extra-judiciales de campesinos. La represión
obedeció al clamor de oligarcas ganaderos en la zona en conflicto,
varios de ellos brasileños que se apropiaron de tierras sujetas a
reforma agraria.
Recientemente agasajó a la SIP, y en su
discurso condenó las políticas comunicaciones de Cuba y Venezuela. Las
revelaciones de Ortiz y el escándalo por estupro desatado en plena
semana santa, con una confesión posterior como regalo de Pascuas,
plantean la angustiosa interrogante de cuántos otros secretos de
sacristía son esgrimidos por otros influyentes personajes del entorno
palaciego de Fernando Lugo.
¿LO SANCIONARÁ LA IGLESIA CATÓLICA?
La
confesión del obispo Fernando Lugo de haber cometido estupro lo hace
candidato a engrosar esta lista publicada por Pepe Sánchez.
Sirva recordar sucintamente algunos casos notables que han protagonizado diferentes prelados durante la última década:
--
Alphonsus Penney, arzobispo de la diócesis de San Juan de Terranova
(Canadá), dimitió, en julio de 1990, por haber encubierto decenas de
delitos sexuales cometidos contra unos 50 menores por más de una
veintena de sacerdotes de su diócesis.
-- Hubert Patrick
O'Connor, obispo de Prince George (Canadá), en febrero de 1991, fue
formalmente acusado por la Policía de haber violado a varias mujeres y
de cometer asaltos obscenos contra varias otras.
-- Eamon Casey,
obispo de Dublín (Irlanda), dimitió, en mayo de 1992, tras conocerse
que era padre de un adolescente y que de los fondos de la diócesis
había pagado a la madre, en 1990, unos doce millones de pesetas "para
gastos".
-- Rudolf Bär, obispo de Rotterdan (Holanda), fue
forzado a presentar su dimisión, en marzo de 1993, tras ser acusado de
"homosexual".
-- Hansjoerg Vogel, obispo de Basilea (Suiza),
dimitió de su cargo, en junio de 1995, debido a que estaba esperando un
hijo de su amante.
-- Roderick Wright, obispo de la diócesis de
Argyll y las Islas (Escocia), dimitió, en septiembre de 1996, tras
haber protagonizado una ruidosa fuga con una atractiva feligresa.
--
Hans Hermann Gröer, cardenal y arzobispo de Viena (Austria) y
presidente de la Conferencia Episcopal austriaca, fue forzado a dimitir
de todos su cargos, en abril de 1998, tras ser acusado, en 1995, de
cometer una diversidad de delitos sexuales contra menores, por una
decena de antiguos seminaristas de los que fue confesor (ver Caso 6).
--
John Aloysius Ward, arzobispo de Cardiff (Irlanda), fue sustituido al
frente de su diócesis, por el Vaticano, en diciembre de 2000, por la
presión social desencadenada por haber encubierto a dos curas pedófilos
de su diócesis que acabaron encarcelados, aunque la causa oficial para
dejar su puesto fue la convalecencia de una trombosis.
-- Pierre
Pican, obispo de la diócesis francesa de Bayeux Lisieux, fue condenado,
en septiembre de 2001, a tres meses de prisión por haber encubierto a
un sacerdote pederasta (ver Caso 4).
-- Anthony J. O'Connell,
obispo de Palm Beach (Florida), dimitió en marzo de 2002 tras admitir
haber abusado de dos seminaristas; con uno de ellos, a finales de la
década de los setenta, se había metido en la cama, desnudo, cuando el
joven acudió a él para pedirle consejo pastoral. O'Connell reconoció
que su diócesis pagó a su víctima, en 1976, la suma de 125.000 dólares
para ocultar los hechos (que incluían los tocamientos de O'Connell y
los abusos sexuales de otros dos sacerdotes). "Ninguna de las personas
que me nombró para este cargo lo sabía. Aunque siempre supe que estaba
en mi pasado, no lo reconocí", dijo el obispo.
-- J. Keith
Symons, el obispo anterior de Palm Beach al que O'Connell tuvo que
sustituir en 1999, también debió dimitir tras verse obligado a admitir
que había abusado de cinco monaguillos durante las décadas de los años
1950 y 1960.
-- Julius Paetz, arzobispo de Poznan (Polonia),
renunció al cargo, en marzo de 2002, tras haber sido acusado de cometer
abusos sexuales sobre decenas de seminaristas (ver Caso 8).
--
Brendan Comiskey, obispo de la diócesis irlandesa de Ferns, dimitió en
abril de 2002, al hacerse público que encubrió los delitos sexuales que
uno de sus sacerdotes cometió sobre varios menores (ver Caso 5).
--
Franziskus Eisenbach, obispo auxiliar de la diócesis alemana de
Maguncia, renunció a su cargo, en abril de 2002, a consecuencia de la
denuncia presentada por la catedrática Anne Bäumer-Schleinkofer, en
septiembre de 2000, acusando al prelado por abuso sexual y daños
corporales. Fue la primera vez que la justicia alemana investigó a un
obispo y, aunque el proceso fue sobreseído por el tribunal de Coblenza,
en noviembre de 2001, por falta de pruebas, el obispado tuvo que
reconocer que entre la denunciante y el obispo hubo "contacto
corporal", quedando sin aclarar todo un trasfondo de otras posibles
relaciones sexuales.
-- Rembert Weakland, arzobispo de
Milwaukee, solicitó al Vaticano, en mayo de 2002, que aceptase su
jubilación anticipada tras saltar a la luz que compensó con 450.000
dólares a un ex amante adulto que le acusaba de violación.
--
James Williams, obispo de Louisville (Kentucky), renunció en junio de
2002 tras ser acusado por uno de sus antiguos monaguillos, James
Bennett, un joven de 33 años, que acusó al obispo Williams de haber
abusado sexualmente de él hace 21 años, cuando fue su ayudante en una
parroquia; al parecer no fue su única víctima, ya que otras 90
denuncias de otras tantas víctimas incidieron en lo mismo.
--
James McCarthy, obispo auxiliar en la archidiócesis de Nueva York,
dimitió de sus cargos en junio 2002 tras reconocer haber mantenido
relaciones sexuales con varias mujeres, que en este caso eran todas
mayores de edad.
-- George Pell, arzobispo de Sydney, renunció
temporalmente a su cargo en agosto de 2002 tras ser acusado de haber
abusado sexualmente de un menor de 12 años en 1961. Tres meses antes,
en junio de 2002, varios feligreses le habían acusado de encubrir
delitos sexuales del clero, cuando fue obispo auxiliar en Melbourne, en
1993, ofreciendo dinero a las víctimas a cambio de silencio.
--
Edgardo Storni, arzobispo de Santa Fe (Argentina), fue procesado
judicialmente en agosto de 2002 acusado de haber abusado sexualmente de
al menos una cincuentena de jovencitos, todos ellos seminaristas. El
Vaticano le investigó por esta misma conducta en 1994, pero silenció su
expediente. En el momento de cerrar la edición de este libro, a
principios de septiembre de 2002, en el Vaticano se había adoptado la
decisión de removerlo de su cargo, pero todavía no la había
materializado (ver Caso 9). Nota: Storni fue removido de su cargo en
octubre de 2002.
-- Francisco José Cox, ex arzobispo de La
Serena (Chile), fue recluido de por vida en un monasterio en noviembre
de 2002 por "comportamiento impropio con niños varones". Los abusos
sexuales a menores cometidos por este prelado se produjeron a lo largo
de muchos años, pero sólo ahora la Iglesia tomó cartas en el asunto. La
comunidad a la que pertenece el prelado, la de Shoenstatt, le examinó y
le encontró "no apto pasiquicamente para la función pastoral".
--
Bernard Law, arzobispo de Boston (Estados Unidos), fue finalmente
"dimitido" en diciembre de 2002, más de un año después de que en su
archidiócesis estallasen cientos de casos de delitos sexuales contra
menores cometidos por sacerdotes y encubiertos por el cardenal Law con
plena conciencia y voluntad de proteger a los delincuentes con
desprecio de sus víctimas (ver Caso 2). De todos los casos conocidos
hasta la fecha, este cardenal es el que mayor número de delitos ha
encubierto y ha propiciado (buena parte de los sacerdotes que encubrió
volvieron a delinquir en numerosas ocasiones, cosa que pudieron hacer
gracias a la protección continuada que les facilitó el cardenal). Al
igual que sus colegas, prelados delincuentes sexuales por acción
(agresores ellos mismos) o por omisión (encubridores y cómplices), Law
tampoco ha sido juzgado por un comportamiento delictivo que ha
protagonizado durante décadas. Sigue contando con la protección del
Papa.
Esta relación, que no pretende ser exhaustiva -son
simples casos que figuran en mi archivo-, y que podría ser notablemente
ampliada realizando una búsqueda en bases de datos internacionales,
comprende una buena representación de las conductas relacionadas con la
sexualidad, delictiva o no, protagonizadas por prelados católicos. Sin
duda los casos apuntados constituyen una minoría entre el total de
prelados, cierto, pero también lo es que éstos son unos pocos casos que
han trascendido a la luz pública. Tan sólo con la notas que figuran en
mi archivo podría alargar este listado con otros 26 casos parecidos que
todavía no han aflorado al conocimiento público, pero no tiene especial
interés hacer tal cosa. El total de casos asimilables que existen en
todo el mundo, sin duda nos obligaría a ocupar decenas de páginas si
pretendiésemos emprender una relación somera de los mismos